Biografía de un luchador

Capacidad de sacrificio y afán de superación son dos de las características que definen siempre a los buenos deportistas. Y son precisamente las que mejor encajan con el espíritu del siete veces campeón del tour de Francia, Lance Armstrong. El ídolo del deporte americano nació en Dallas el 18 de septiembre de 1971 y comenzó a acondicionar su cuerpo desde muy joven. Su madre, Linda Mooneyham, llegó a compaginar hasta dos y tres trabajos para sacar adelante al joven Lance, después de que el padre de éste les abandonara. Su apoyo fue el principal empuje para que el pequeño se lanzara de lleno al mundo del deporte. Primero probó con la natación, que le sirvió para ir forjando su carácter luchador. Se levantaba todos los días a las 4.45 para ir a entrenar a la piscina. Después, cuando contaba con tan sólo 13 años descubrió el Triatlón y se proclamó vencedor de la "Iron Kids Triathlon", en lo que fue el comienzo de una vida llena de victorias. Pero también de duros golpes. Chris Carmichael descubrió el talento de Lance para el deporte de dos ruedas y con la ayuda de éste, pronto pasó a ser ciclista profesional. A medida que iba sumando carreras ganadas, su vida daba un giro de 180 grados. A los 21 años, siendo uno de los más jóvenes en lucir el maillot arcoiris, se proclamó vencedor en el Campeonato del Mundo en ruta. Se abría ante él un futuro prometedor, lleno de comodidades y de satisfacciones. Poseía un rancho a las orillas del lago Austin y un Porsche. Todo parecía ir mejor que bien, pero un día, el 2 de octubre de 1996, salió a hacerse unos análisis médicos y su vida cambió radicalmente. Durante semanas había notado una gran inflamación en la ingle, y acostumbrado a ignorar el dolor, no le dio importancia hasta que comenzó a vomitar sangre y a tener pérdidas de visión y migrañas. El diagnóstico estaba claro: un cáncer en el testículo que no vino sólo. Los médicos le descubrieron una docena de tumores, del tamaño de una pelota de golf, en los pulmones y en el cerebro. Pero para una persona que ha vivido compitiendo sobre una bicicleta, sin rendirse, doblegarse a la enfermedad no era una opción. El propio Lance ya lo advirtió en una entrevista: "Te has equivocado de persona. Al elegir un cuerpo para vivir en él, cometiste un error porque seleccionaste el mío". Estaba dispuesto a hacer frente al cáncer y no faltó a su promesa. A los 25 años, Lance declaraba en rueda de prensa que padecía una grave enfermedad y un año después, a pesar de que los médicos pronosticaban que sus opciones de vida apenas rozaban el 40 por ciento, anunciaba su regreso. En enero de 1997, un mes después de acabar la quimioterapia, Lance conoció a Kristin Richard, la que fue su esposa durante cinco años. Con ella tuvo tres hijos, el mayor de ellos, Luke, nacido del semen congelado que su padre donó antes de someterse al tratamiento, y las gemelas Grace o "Gee" e Isabelle o "Izzy". Tras la ruptura de su matrimonio, el ciclista inició una relación con la cantante estadounidense Sheryl Crow, que le acompaña en todo momento. Su experiencia le ha servido para infundir esperanza a aquellos que pasan por la misma situación que superó él. Puso en marcha la "Fundación Lance Armstrong" para la lucha contra el cáncer y relató en varios libros su propia historia para demostrar a los incrédulos que todo se puede superar si se pone energía para ello. Con su primer libro, "It's not about the bike", ha vendido millones de ejemplares, un éxito que ha repetido con su biografía "Mi vuelta a la vida". Si le damos un repaso a sus triunfos sobre la bicicleta, no es de extrañar que sea un atleta de reconocimiento mundial, galardonado con el premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2000. Armstrong debutó como profesional con el Motorola en la Clásica de San Sebastián, donde quedó el último en 1992, pero luego la ganó en 1995. Un año después en Verdún, conquistó su primera etapa del Tour de Francia. Su victoria en el Campeonato del Mundo de Oslo, nos descubrió a un ciclista pletórico dispuesto a todo. En 1995, repitió triunfo de etapa en Francia y consiguió su primera victoria en una prueba larga en el Tour Du Pont, triunfo al que sumó la Flecha Valona de 1996. Fue en ese año cuando le diagnosticaron su enfermedad y muchos vaticinaron que jamás volvería a subirse a una bicicleta. El equipo francés Cofidis le dio por desahuciado y rompió su contrato. Lance tuvo que vender su preciado Porsche y a punto estuvo de tener que hacer lo mismo con su casa. Estaba pasando por malos momentos pero, como ya hizo anteriormente, sacó fuerzas para seguir adelante. Finalmente, un equipo patrocinado por el U.S. Postal Service le fichó por mucho menos de lo que solía cobrar, pero en 1998 volvió a pedalear. Su primera carrera, la Ruta del Sol, la disputó en España y acabó decimocuarto. Dos semanas después participó en la París-Niza. Sin embargo, la temporada no fue del todo esperanzadora y desmoralizado, Lance llegó a pensar en una posible renuncia. Pero entonces, se propuso alcanzar la meta en una de las carreras más importantes del mundo: el Tour de Francia. El 1999 subió al podio y a este triunfo se sumaron otras seis victorias consecutivas. En este último tour, Lance anunciaba su retirada.

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